Moisés Vallejo Aranda. Alumno del Conservatorio Profesional de Música "Manuel Carra".
INTRODUCCIÓN HISTÓRICA
La historia de la música española del Renacimiento puede dividirse en dos etapas:
- Reinado de los Reyes Católicos (primacía de la escuela flamenca)
- Reinado de Carlos I y Felipe II (primacía de la escuela italiana)
PRIMERA ÉPOCA
Nobles y eclesiásticos de los distintos reinos de España repartidos por Europa (Nápoles, Flandes, Borgoña, los reinos peninsulares, etc.) se enviaban mutuamente lo mejor de sus capillas, instrumentos y compositores. La intención no era sólo deleitar y demostrar el dominio del arte, sino también enseñar y aprender de los músicos de otras zonas.
Italia era el principal centro artístico del continente. Y es de allí de donde los músicos españoles tomarán las bases de la escuela polifónica hispana:
- Asimilando el estilo contrapuntístico de los flamencos, con una sólida base técnica y un profundo conocimiento del arte de la imitación.
- Adoptando la armonía sencilla y expresiva de las canciones populares italianas.
SEGUNDA ÉPOCA
Al igual que en otros campos (economía, política, literatura, etc.), es con el reinado de Carlos I y Felipe II cuando la música renacentista se encuentra en su momento de mayor esplendor.
Debido a las alianzas con el papado (por luchas contra herejes turcos y protestantes), la música se vincula con la escuela romana.
El estilo que practican los diferentes maestros es un estilo internacional, marcado por las normas del concilio de Trento y la Contrarreforma.
Nunca han vuelto a tener tanta importancia los músicos españoles como en estos siglos: Tomás Luís de Victoria era conocido por toda Europa, trabajando para el Vaticano como heredero de Palestrina; las partituras de Guerrero y Morales se imprimen e interpretan en todos los países; los vihuelistas gozan de unánime estima…
LA VIDA MUSICAL RENACENTISTA
En aquella época, la iglesia era el lugar de concierto por excelencia. La música religiosa era considerada la gran música en categoría, seriedad y dimensiones.
La música profana estaba en un rango inferior.
LA VIDA MUSICAL RELIGIOSA
Las capillas catedralicias eran las encargadas de interpretar el repertorio litúrgico en todas las celebraciones. No se les permitía interpretar música popular, y sólo por algún motivo especial podían asistir a otro templo a cantar.
Los principales eventos litúrgicos eran Navidad, semana Santa, el patrón de la ciudad y la diócesis. Las misas diarias y la dominical eran consideradas celebraciones menores, pero también eran acompañadas por música.
La fastuosidad de la catedral, con miles de ornamentos; , las naves repletas de fieles expectantes; la majestuosidad del coro, con sus sillas de la mejor madera labrada… Todo la ceremonia y su contexto requerían una música a la altura.
La misa renacentista pueden considerarse como una sinfonía polifónica: voces solas en algunos pasajes, el órgano y los ministrilies (músicos con instrumentos, normalmente de viento, contratados para la ocasión) como acompañamiento instrumental, momentos de grandeza con todas las voces interpretando melodías…
Mención aparte merecen las capillas cortesanas: en los oratorios de palacio cumplían la misma función que las catedralicias; en los salones interpretaban repertorio profano.
LA VIDA MUSICAL PROFANA
Hay que distinguir entre la música que se celebraba en calles y plazas (le del pueblo llano), de la que apenas nos quedan testimonios, y la que se interpretaba en casas de la aristocracia.
Para las ceremonias dela nobleza (banquetes y reuniones ociosas, sobre todo), se contrataban a músicos para que formaran una pequeña orquesta. Hablamos principalmente de instrumentos de viento y cuerda frotada.
La danza ocupaba un momento muy especial en estas recepciones. Cualquier personaje de importancia debía practicarla con soltura si quería que se le tuviera en estima y admiración.
Existían otro tipo de veladas de cámara más intimas, donde podía oirse música vocal e instrumental, tanto en conjuntos como solistas virtuosos.Debido al carácter privado, los instrumentos elegidos no tenían una gran potencia sonora: clavicordios, vihuelas.
INTRODUCCIÓN HISTÓRICA
La historia de la música española del Renacimiento puede dividirse en dos etapas:
- Reinado de los Reyes Católicos (primacía de la escuela flamenca)
- Reinado de Carlos I y Felipe II (primacía de la escuela italiana)
PRIMERA ÉPOCA
Nobles y eclesiásticos de los distintos reinos de España repartidos por Europa (Nápoles, Flandes, Borgoña, los reinos peninsulares, etc.) se enviaban mutuamente lo mejor de sus capillas, instrumentos y compositores. La intención no era sólo deleitar y demostrar el dominio del arte, sino también enseñar y aprender de los músicos de otras zonas.
Italia era el principal centro artístico del continente. Y es de allí de donde los músicos españoles tomarán las bases de la escuela polifónica hispana:
- Asimilando el estilo contrapuntístico de los flamencos, con una sólida base técnica y un profundo conocimiento del arte de la imitación.
- Adoptando la armonía sencilla y expresiva de las canciones populares italianas.
SEGUNDA ÉPOCA
Al igual que en otros campos (economía, política, literatura, etc.), es con el reinado de Carlos I y Felipe II cuando la música renacentista se encuentra en su momento de mayor esplendor.
Debido a las alianzas con el papado (por luchas contra herejes turcos y protestantes), la música se vincula con la escuela romana.
El estilo que practican los diferentes maestros es un estilo internacional, marcado por las normas del concilio de Trento y la Contrarreforma.
Nunca han vuelto a tener tanta importancia los músicos españoles como en estos siglos: Tomás Luís de Victoria era conocido por toda Europa, trabajando para el Vaticano como heredero de Palestrina; las partituras de Guerrero y Morales se imprimen e interpretan en todos los países; los vihuelistas gozan de unánime estima…
LA VIDA MUSICAL RENACENTISTA
En aquella época, la iglesia era el lugar de concierto por excelencia. La música religiosa era considerada la gran música en categoría, seriedad y dimensiones.
La música profana estaba en un rango inferior.
LA VIDA MUSICAL RELIGIOSA
Las capillas catedralicias eran las encargadas de interpretar el repertorio litúrgico en todas las celebraciones. No se les permitía interpretar música popular, y sólo por algún motivo especial podían asistir a otro templo a cantar.
Los principales eventos litúrgicos eran Navidad, semana Santa, el patrón de la ciudad y la diócesis. Las misas diarias y la dominical eran consideradas celebraciones menores, pero también eran acompañadas por música.
La fastuosidad de la catedral, con miles de ornamentos; , las naves repletas de fieles expectantes; la majestuosidad del coro, con sus sillas de la mejor madera labrada… Todo la ceremonia y su contexto requerían una música a la altura.
La misa renacentista pueden considerarse como una sinfonía polifónica: voces solas en algunos pasajes, el órgano y los ministrilies (músicos con instrumentos, normalmente de viento, contratados para la ocasión) como acompañamiento instrumental, momentos de grandeza con todas las voces interpretando melodías…
Mención aparte merecen las capillas cortesanas: en los oratorios de palacio cumplían la misma función que las catedralicias; en los salones interpretaban repertorio profano.
LA VIDA MUSICAL PROFANA
Hay que distinguir entre la música que se celebraba en calles y plazas (le del pueblo llano), de la que apenas nos quedan testimonios, y la que se interpretaba en casas de la aristocracia.
Para las ceremonias dela nobleza (banquetes y reuniones ociosas, sobre todo), se contrataban a músicos para que formaran una pequeña orquesta. Hablamos principalmente de instrumentos de viento y cuerda frotada.
La danza ocupaba un momento muy especial en estas recepciones. Cualquier personaje de importancia debía practicarla con soltura si quería que se le tuviera en estima y admiración.
Existían otro tipo de veladas de cámara más intimas, donde podía oirse música vocal e instrumental, tanto en conjuntos como solistas virtuosos.Debido al carácter privado, los instrumentos elegidos no tenían una gran potencia sonora: clavicordios, vihuelas.
LAS CAPILLAS MUSICALES
Las capillas eran un coro no muy extenso formado por niños y adultos que, dirigidos por un maestro, interpretaban la música polifónica coral
También recibían el nombre de mozos de coro, seises de coro, seises o cantorcicos.
Estos coros eran formados por niños en la voz del Tiple, (aunque a veces se empleaban hombres dotados naturalmente con esa tesitura). Los hombres ocupaban las tres voces restantes: Contralto, Tenor y Bajo.
Los cantores de las capillas catedralicias
Cada catedral española disponía de una capilla de música compuesta por cantores e instrumentistas.
Estaban asalariados, y su sueldo incluía media ración de algún producto y un sueldo estipulado. El contrato también les obligaba a cumplir una serie de requisitos, bajo pena de multa económica:
- obedecer al maestro de capilla
- asistir a todos los ensayos y a todas las funciones a las que fueran requeridos (normalmente domingos, fiestas y días especiales del año cristiano o de la ciudad)
- no viajar sin permiso
- no permanecer en la calle durante la noche
Algunos cabildos premiaban económicamente a los cantores de su capilla si cumplían rectamente los preceptos. De todos modos, parece ser que las reglas eran continuamente incumplidas, subiendo así las multas y las sanciones.
Existía cierta movilidad entre los cantores de las capillas, entrando y saliendo éstos de las catedrales de las distintas ciudades. Obviamente, esta situación no era buena para el rendimiento del coro. La situación a veces se complicaba, y los cabildos tenían que nombrar comisiones de canónigos para que buscaran nuevos cantores.
Los cantores de las capillas reales
Reyes Católicos
Fueron los primeros que realizaron una búsqueda de talentos peninsulares para su capilla real vocal, los anteriores monarcas solían recurrir al extranjero. Se tomaran muy en serio el cuidado de una capilla real, tanto para los propios monarcas como para cada miembro de la familia real. Estaba formada por veinte cantores (llegó a tener cuarenta) y dos organistas.
Carlos I
Hereda la capilla real, mezclando a estos cantores con las capillad de flamencos y bruselenses. Pero, en la práctica, recurre a la capilla flamenca, desplazándose con ella por toda la península y por el extranjero, siempre que algún acontecimiento requiera de música polifónica vocal. Cuando abdica en 1556, no hay formada ninguna capilla española, y los músicos son apenas requeridos para unos pocos cantos llanos.
Felipe II
Funda dos capillas: una de cantores españoles (su madre Juana había tenido una de igual característica) y otra de cantores flamencos, en homenaje a la de su padre. La real capilla hacía referencia al conjunto de ambas.
La capilla española apenas tuvo actividad: matrimonios reales, recepción de príncipes extranjeros o enviados papales, grandes fiestas litúrgicas, etc. Ni siquiera fue dirigida por un maestro autóctono, sino que, al parecer, era el maestro flamenco quien tomaba las riendas.
La capilla flamenca, en cambio, tuvo un intenso trabajo. En Flandes eran reclutados niños y adultos y trasladados a España. Sin embargo, la larga distancia provocaba problemas varios como enfermedad de algunos intérpretes o vacantes pendientes de la llegada de los futuros miembros. Sólo al final del reinado de Felipe II entró un español, Mateo Romero, como maestro capitán.
Las capillas eran un coro no muy extenso formado por niños y adultos que, dirigidos por un maestro, interpretaban la música polifónica coral
También recibían el nombre de mozos de coro, seises de coro, seises o cantorcicos.
Estos coros eran formados por niños en la voz del Tiple, (aunque a veces se empleaban hombres dotados naturalmente con esa tesitura). Los hombres ocupaban las tres voces restantes: Contralto, Tenor y Bajo.
Los cantores de las capillas catedralicias
Cada catedral española disponía de una capilla de música compuesta por cantores e instrumentistas.
Estaban asalariados, y su sueldo incluía media ración de algún producto y un sueldo estipulado. El contrato también les obligaba a cumplir una serie de requisitos, bajo pena de multa económica:
- obedecer al maestro de capilla
- asistir a todos los ensayos y a todas las funciones a las que fueran requeridos (normalmente domingos, fiestas y días especiales del año cristiano o de la ciudad)
- no viajar sin permiso
- no permanecer en la calle durante la noche
Algunos cabildos premiaban económicamente a los cantores de su capilla si cumplían rectamente los preceptos. De todos modos, parece ser que las reglas eran continuamente incumplidas, subiendo así las multas y las sanciones.
Existía cierta movilidad entre los cantores de las capillas, entrando y saliendo éstos de las catedrales de las distintas ciudades. Obviamente, esta situación no era buena para el rendimiento del coro. La situación a veces se complicaba, y los cabildos tenían que nombrar comisiones de canónigos para que buscaran nuevos cantores.
Los cantores de las capillas reales
Reyes Católicos
Fueron los primeros que realizaron una búsqueda de talentos peninsulares para su capilla real vocal, los anteriores monarcas solían recurrir al extranjero. Se tomaran muy en serio el cuidado de una capilla real, tanto para los propios monarcas como para cada miembro de la familia real. Estaba formada por veinte cantores (llegó a tener cuarenta) y dos organistas.
Carlos I
Hereda la capilla real, mezclando a estos cantores con las capillad de flamencos y bruselenses. Pero, en la práctica, recurre a la capilla flamenca, desplazándose con ella por toda la península y por el extranjero, siempre que algún acontecimiento requiera de música polifónica vocal. Cuando abdica en 1556, no hay formada ninguna capilla española, y los músicos son apenas requeridos para unos pocos cantos llanos.
Felipe II
Funda dos capillas: una de cantores españoles (su madre Juana había tenido una de igual característica) y otra de cantores flamencos, en homenaje a la de su padre. La real capilla hacía referencia al conjunto de ambas.
La capilla española apenas tuvo actividad: matrimonios reales, recepción de príncipes extranjeros o enviados papales, grandes fiestas litúrgicas, etc. Ni siquiera fue dirigida por un maestro autóctono, sino que, al parecer, era el maestro flamenco quien tomaba las riendas.
La capilla flamenca, en cambio, tuvo un intenso trabajo. En Flandes eran reclutados niños y adultos y trasladados a España. Sin embargo, la larga distancia provocaba problemas varios como enfermedad de algunos intérpretes o vacantes pendientes de la llegada de los futuros miembros. Sólo al final del reinado de Felipe II entró un español, Mateo Romero, como maestro capitán.
FORMAS VOCALES RELIGIOSAS Y PROFANAS
Los compositores del Renacimiento tenían, para cada una de las formas musicales que utilizaban, unos módulos o esquemas que se utilizaban de igual modo por toda Europa.
No eran libres del todo a la hora de componer, así que para marcar un estilo personal sólo disponían de su ingenio y su talento.
Las principales formas vocales del Renacimiento español fueron:
- religiosas:
- motete
- misa (De Gloria / Requiem, antiguamente llamadas De Profundis)
- villancico religioso
- profanas:
- villancico
- canción
- romance
- madrigal
Casi todo el repertorio vocal profano del Renacimiento se conserva en cinco cancioneros: Cancionero de la Colombina, Cancionero de Palacio, Cancionero de Uppsala, Recopilación de sonetos y villancicos de Juan Vázquez, y Cancionero de la Casa de Medinaceli.
RELIGIOSAS
Motete
Es la forma más antigua, su origen se remonta al siglo XIII. Durante todo el Medievo irá evolucionado con los distintos estilos que irán predominando, y los principales compositores (Dunstable, Dufay…) dedicarán gran parte de su producción a la composición de motetes.
Hasta finales del siglo XIV, la forma del motete era utilizada para prácticamente todas las partes del servicio litúrgico que podían ser polifónicas, así como para los cantos amorosos, los banquetes de la nobleza y las grandes solemnidades oficiales.
El principio constructivo del motete descansa en la división fraseológica del texto. Se fracciona el texto en frases, y cada una de ellas va a tener su propio tema musical, bien en forma imitativa, bien en homófona. De la sabia utilización de estos dos procedimientos (con otros recursos como el canon o el cantus firmus) nace la belleza del motete.
El material melódico solía ser original, aunque a veces los compositores utilizaban células melódicas procedentes del canto gregoriano.
Misa
De Gloria
Los textos cantados comunes a todas las misas (cuyo repertorio recibió el nombre de misas de ordinario) eran cinco: Kyrie, Gloria, Credo, Sanctus y Agnus Dei.
En la Edad Media, estos movimientos eran independietes unos de otros. Cada tipo de canto se reunían en un mismo libro y, a la hora de la misa, se escogía una de cada para la liturgia.
A mediados del siglo XV se concibe la misa como un todo musicalmente unificado, ya que los compositores buscaban una mayor coherencia y una complejidad formal mayor. Había varios modos de relacionar las partes de la misa:
- utilizando el mismo material temático en cada movimiento
- empleando el cantus firmus (la denominada misa de tenor), tomado de composiciones anteriores (motetes, ballades…)
En el Renacimiento se fusionaron estos dos modos de composición, convirtiéndose los cantus firmus en originales, no prestados. Sin embargo, la utilización del cantus firmus en la voz del tenor será la causa de la aparición de la voz del Bajo: al ser ésta la voz mas grave hasta el momento, añadieron el Bajo para que una voz libre pudiera cumplir funciones tonales.
Requiem
La misa de difuntos consta de las siguientes partes: Introito, Dies Irae, Domine Iesus Christe, Sanctus-Benedictus, Lux Aeterna y Libera Me Domine.
La principal inspiración eran las melodías gregorianas, bien en forma de cantus firmus o de células melódicas. En españa se dio una particularidad: se alternaban melodías polifónicas con otras puramente gregorianas.
Villancico religioso
No era litúrgico porque el texto estaba en castellano y porque la Iglesia no lo aprobaba para el culto oficial. Por ello apenas se encuentran excluidos de las antologías de textos litúrgicos que se editan en esta época (a pesar de que los villancicos profanos sí que aparecen). Parece ser que los compositores comsiderabanlos villancicos de temática religiosa obras menores que componían para las circunstancias (principalmente Navidad).
FORMAS PROFANAS
Villancico
Es la forma predominante. La base musical del villancico se apoya en dos aspectos: estribillo y coplas.
Canción
Mucho menos común que el villancico. Su estructura no está definida con exactitud, dando como resultado muchas variantes. Para Juan del Encina, en la canción:
- el estribillo debía tener cuatro o cinco versos, a los que le corresponden otras tantas frases musicales
- se podía, a un número de versos en el estribillo, responder la estrofa con otro igual
- el número de estrofas debía ser sólo uno
- el material melódico de la estrofa y el de la canción no debían parecerse
Cada cancionero y cada compositor solía coincidir con estas características, aunque con interpretaciones muy libres.
Romance
De carácter triste, fue un género muy degustado durante el XV, pero perdió fuelle durante el XVI.
Consta de cuatro frases musicales, cada una con su cadencia. La misma estructura para todo el poema, sea cual sea su duración.
Madrigal
Heredero del motete medieval, conservando algunas de sus carcterísticas, es una composición polifónico-coral sobre textos refinados en el estilo y en el lenguaje.
No tiene estribillo, y predomina el estilo imitativo.
La música abarca toda la letra; si es demasiado larga, puede dividirse en varias partes.
Los compositores fueron descubriendo cada vez más recursos formales con el fin de representar a través del sonido las imágenes que se encontraban en el texto; a estos adornos se les denominó madrigalismos: utilizar negras y blancas para las palabras relacionadas con dichos colores, redondas cuando el texto se refiere los ojos, etc.